M.A. Poca
Servicio de Neurocirugía
Unidad de Investigación de Neurotraumatología y Neurocirugía (UNINN)
Hospital Universitari Vall d’Hebrón.
Introducción
En los últimos años las cifras de mortalidad y los malos resultados de los pacientes que han sufrido un traumatismo creneoencefálico se han reducido de forma significativa. En 1991 la información recopilada por el Traumatic Coma Data Bank americano indicaba que las cifras de mortalidad se situaban alrededor del 36%, con un porcentaje global de malos resultados (pacientes que fallecen, quedan en estado vegetativo o gravemente incapacitados) que casi alcanzaba el 60% de los pacientes con un TCE grave. Análisis más recientes indican que estas cifras se han reducido de forma muy significativa hasta situarse en un 40% en centros con amplia experiencia en el manejo de pacientes neurotraumáticos. Las causas de esta reducción se explican por una conjunción de factores entre los que debemos destacar:
1) un mejor conocimineto de la fisiopatología de las lesiones neurotraumáticas, 2) el manejo multidisciplinar con el que se aborda esta patología, 3) la creación de unidades especializadas en el manejo de este tipo de pacientes neurocríticos y 4) la aparición y seguimiento de guías de práctica clínica que han preconizado el uso de protocolos terapéuticos estandarizados y sistemáticos en el tratamiento de la hipertensión intracraneal. A pesar de ello, el tratamiento del TCE está sometido todavía a una excesiva variabilidad en los distintos centros hospitalarios que reciben y tratan a este tipo de pacientes. Esta variabilidad, justificada en algunos casos, es un reflejo en otros, de una cierta reticencia por parte de los diversos colectivos médicos implicados en aceptar que el tratamiento sistematizado de estos casos conlleva un claro beneficio, no sólo para el paciente sino también para el medio social en que éste se desenvuelve.
1) un mejor conocimineto de la fisiopatología de las lesiones neurotraumáticas, 2) el manejo multidisciplinar con el que se aborda esta patología, 3) la creación de unidades especializadas en el manejo de este tipo de pacientes neurocríticos y 4) la aparición y seguimiento de guías de práctica clínica que han preconizado el uso de protocolos terapéuticos estandarizados y sistemáticos en el tratamiento de la hipertensión intracraneal. A pesar de ello, el tratamiento del TCE está sometido todavía a una excesiva variabilidad en los distintos centros hospitalarios que reciben y tratan a este tipo de pacientes. Esta variabilidad, justificada en algunos casos, es un reflejo en otros, de una cierta reticencia por parte de los diversos colectivos médicos implicados en aceptar que el tratamiento sistematizado de estos casos conlleva un claro beneficio, no sólo para el paciente sino también para el medio social en que éste se desenvuelve.
Medidas generales y medidas de primer nivel para el tratamiento de la hipertensión intracraneal
En este artículo se exponen las medidas generales y el tratamiento específico de la hipertensión intracraneal (HIC) que se administran en la fase hospitalaria a los pacientes que han presentado un traumatismo craneoencefálico grave (TCEG). Los contenidos de este artículo se fundamentan principalmente en las recomendaciones de la última edición de las guías de práctica clínica (GPC) en el manejo de los TCE publicadas en 2007 por la Brain Trauma Foundation (BTF), aunque sin descartar fuentes de evidencia adicionales como la colaboración Cochrane.
En este artículo se exponen las medidas generales y el tratamiento específico de la hipertensión intracraneal (HIC) que se administran en la fase hospitalaria a los pacientes que han presentado un traumatismo craneoencefálico grave (TCEG). Los contenidos de este artículo se fundamentan principalmente en las recomendaciones de la última edición de las guías de práctica clínica (GPC) en el manejo de los TCE publicadas en 2007 por la Brain Trauma Foundation (BTF), aunque sin descartar fuentes de evidencia adicionales como la colaboración Cochrane.
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